Entradas

Del otro lado del mostrador

Imagen
Me enamoré, me apasioné, me fanaticé. Antes. Ahora estoy del otro lado el mostrador. Casi nada me causa el furor de entonces, casi nada o nada me causa un apasionamiento sin miramiento. Las cosas suelen repetirse de tiempo en tiempo, pero jamás son las mismas. Te cambia el tiempo entre los dedos, las formas mutan despacio, de tal forma que solo las percibes al largo paso del tiempo. El sonido resuena en el eco, cuando antes era nuevo y brillante, ahora todo parece una copia de la copia del extraño reflejo de un recuerdo lejano y dudoso. Todo cambia y nada cambia, todo muta y todo se percibe igual. Escucho igual que antes porque mi preparación y educación siguen una línea a la que pertenezco inevitablemente. Digo: no me rehúso a lo nuevo, de lo nuevo no me trae nada nuevo porque tiene el gusto a algo que alguien ya uso bastante y remixa sin crear, aunque cree una parte nueva a algo que ideo alguien más, sigue siendo, en esencia la idea de otro; Ergo: ideas nuevas = escasas.

Mon Cher

Estabas ahí. Anoche. Estabas en mis sueños. Me decías  “Qué hicimos con nosotros”. No supe qué contestar. Tenías algo de barba y algo de pancita. No lo supe entonces. Lo supe cuando desperté y te recordé como la última vez que te vi. Me mirabas con tus ojos tristes. Me mirabas como siempre miras cuando hablas de alguien más. Me miraste por primera vez en años. Me miraste como jamás me miraste a mí. Entonces, en mi sueño, era obvio que fuese de esa manera. Después, al despertar, fue raro que me vieras de esa manera. Me pregunté entonces por qué nunca nos habíamos mirado, por qué no nos habíamos hablado como en mi sueño, por qué no nos seguíamos viendo, por qué no seguíamos siendo amigos. Te extrañé. Me pareció que entre nosotros existía todavía ese amor del que hablábamos, ese amor entre seres que se entienden, esa clase de amor que está más allá. Pero para vos y para mí ese amor es diferente, esa clase de amor que no es común al común de los seres no hace las mismas cosas, no depende

La moneda en La Fuente

Imagen
Los años habían pasado para ambos. El paso del tiempo nos había alejado un tanto, pero algo me decía que aquella intimidad perdida a fuerza de su sistemático descuido, permanecía sostenida en ciertos sonidos y ciertas imágenes pictóricas recurrentes. Para que negarse a la modernidad, había que reconocer que ciertas líricas, más que negarse a ser perdidas eran forzadas a ser mantenidas, y en un mundo donde mantener las distancias parecía imposible, cierto romanticismo platónico era una idea… más bien, simplemente, una vieja idea. No niego que sigo manteniendo, mas bien sigo sosteniendo, mis razones para seguir un tanto disgustada. A decir verdad todo se resume a una idea que siempre me pareció precisa, cruel y real: Nadie puede hacer lo que uno desea que haga. Lamentablemente de eso se tratan los vínculos humanos. Mas tarde entendí que esa idea puede ser bien usada como excusa cuando uno no sabe como decirle a otro que no le nace… no le nace hacer nada que el otro quiere y que

Nuevos Pendientes

Imagen
Hace unos días que recuerdo mis sueños todas las noches. Son de esos sueños con personas que conozco y que desconozco, que hablan y hacen cosas y vamos a lugares y cuando despierto tengo la sensación de que si duermo un poco más voy a terminar de entender algo que aún no veo. Hay etapas en las que entre sueños se elabora algo, como un cuadro formándose debajo de las amorfas imágenes que flotan y que, con su lógica onírica aclaran tanto como oscurecen. Buenas ideas salen de los sueños, buenos escritos, la mente sigue trabajando insistente durante la noche, intentando resolver lo irresoluto, lo irresuelto , lo irremediable .Pero hay sueños que impactan y quedan las ganas de seguirlos soñando para ver qué era lo que seguía en el relato; como si fuera un capítulo de una serie que no tienes idea de cuándo va a volver a aparecer. Tengo la impresión de que algo se termina y algo comienza. Mi mente intenta salir de un lugar para entrar a otro, mis sueños buscan una pista, buscan al co

Abordajes

Imagen
Alguien me propone una calidez casual. Alguien quiere jugar a los abordajes sin saber navegar. Privadamente es su ventaja. Toma la decisión correcta sin saber de palabras Es casi otoño y se siente como invierno (cuestionar las necesidades). A lejos vista los blancos lucen iguales. La nieve no es lo mismo que la sal La sal derrite la nieve y en otro contexto ayuda a conservar el frappe del champagne. . . . ¿no? .

Humo y agua

Imagen

Detención

Imagen
Rojo, como nada debe ser colorado. Intenso como el profundo azul del mar, porque la espuma se derrite a sus pies. La tarde vuelve a caer. La tormenta de sus ojos impone la voluntad de capear el temporal. Mis bíceps triman sin siquiera pensarlo. Voy delante y tus ojos me siguen tormentosos. Lo que no digo de tus manos es inefable. Te veo sonreír con el remolino de tu cabello corto por la mañana. Voy a sentir ese mareo de tierra bajo mis pies firmes y vas a sonreír como puedas, que va a ser mucho, y vamos a saber lo suficiente. Es verde, con olor a pasto mojado, entibiado por un calor de smog, ese que no te gusta y me cubre. Voy a entender que no estás destinado a la depresión de un Distrito Federal; que lo que te hace mal es todo menos yo; que vas a necesitar, a la larga, salir a correr, salir a buscarme afuera y adentro; que vas a pensar si era lo que querías hacer. Eso, va a ser esmeralda como el fondo del pacífico que se mueve al compás de las algas. Después, que importa el después…