Estocolmo
Pensé que dormía. Creí que había perdido el tiempo. Me pregunté, por qué siento que tengo 30 años? Se que tengo 50 años. Me siento joven, perdí algo en el medio... Soy rehén de este lugar en el mundo hace 20 años, míos, desperdiciados, perdidos... Mí vida detenida, secuestrada, congelada. Una cuarentena despertó, en parte, la alucinación constante que implica sufrir el ser hervido lentamente, ser amansado como una mascota, ser rehen... Despertar es dejar de dar gracias al captor por las limosnas, que hace pasar como agasajos. Estar despierto es ver el teatro, del que eres parte, sin ser actor voluntario. No voy a pedir que me devuelvan lo imposible, con mí libertad me basta. De mí felicidad me haré cargo.