El Lago y Las Estaciones

 By Mar Viora


1. Invierno – Amanecer


La primera nieve 
La precisa, justo
Para combar las hojas de junco”

BASHO






Al amanecer los copos de nieve se posan sobre la superficie del lago, acariciándolo, sumándose a su volumen en movimientos casi imperceptibles. La nieve se acumula sobre las ramas de los árboles, sobre los arbustos, sobre el pasto, venciéndolos de a poco, con insistencia y sin pausa, hasta caer en el lago, ejerciendo una suave presión que se disipa rápidamente. Algo del sueño permanece y la somnolencia favorece la concentración. Quizás, sean las alondras, las que mediten con efectividad a esta hora. Tus ojos caen como piedras en el lago, son las dos primeras ondas de la mañana.


2. Otoño – Luz de Día

“Alas de pájaros viajeros

Cantaron sobre las rojas hojas de arce”

SHIKO





La luz del día se entremezcla con el colchón de hojas rojizas. Los tonos tristes y este paisaje que podría pensarse que cae mortecino y decrépito, luce admirable y reflexivo. Las hojas viajan sobre la superficie del agua, sin agitarla demasiado; se depositan tapando en parte el reflejo luminoso. Es posible mirar al sol en el lago, es imposible mirar al sol directamente, incluso si una nube que anticipa tormenta lo tapa, el brillo se cuela en la vista para marchitarla. El rumor de las hojas arrastradas por el viento desvía la atención hacia los oídos. Alguien con forma de viento se acerca lateralmente. La brisa potente sobre la superficie del lago hace navegar a las hojas rojizas en una sola dirección. ¿Se ve mejor ahora el reflejo en el lago? Caliente y frío erizan y tiemblan, buscan la sombra y huyen de la luz para obtener intimidad.

 

“Tras un largo día

Con bostezos contagiosos

Nos separamos”

SOSEKI

 

3- Primavera – Atardecer

“Aun floreciendo los cerezos

El nuestro es un mundo sufriente”

ISSA





Las horas bajan y la luna empieza a correr su carrera hacia la noche. La luz que queda se desvanece por hoy. Los pequeños pétalos caen y colorean el suelo reverdecido. La última piedra duerme en el fondo del lago y las ondas que permanecen acarician pétalos rosados para después desvanecerse y morir en la orilla. Rosa, rojo, amarillo, violeta, azul…los colores del atardecer caen al lago y se mezclan con las flores y hojas que flotan. Forman una foto efímera, una imagen suelta irrepetible. La vista queda absorta en la belleza, disipa los pensamientos aleatorios, pero no el amor. El cuerpo se enfría y la inercia del recuerdo de tu rostro quiere subir la calidez en el corazón. No queda consuelo, ni tierra, ni horas. Por un instante crees que puede estar atardeciendo o amaneciendo, como si el tiempo no fuera nada. Como si todo fuera nada.  La mirada se pierde a los lejos, imaginando recuerdos.


4. Verano – Anochecer

“Mientras camino

Mi sombra a mi lado

Contempla la luna”

SODO




Los Búhos despiertan. Las semillas caen al pie de su creadora, caen al suelo, caen a la orilla, caen dentro del lago. Un viento fuerte y sofocante arrastra las semillas y frutos maduros, que buscan nacer al calor y la humedad que encuentren. Las piedras son frutos arrojados por manos ajenas. Recuerdas el frescor de lozas recién baldeadas y el aroma a pasto mojado. Algunas piedritas, aquí y allá, molestan la superficie del lago. Las ondas se mezclan, se chocan, se funden. La luna entre los pinos sigue su camino al centro del lago. Solo debes esperar para verla en plenitud y que te ilumine el rostro.



“Mucho tiene que aprender

Quien está ciego a la luz del relámpago”

BASHO


La mente duerme sueños de vigilia. El lago, extenso y abundante, está calmo en la noche de luna llena. El reflejo de la luna en el lago es la metáfora de la mente. Los pensamientos son las ondas en la superficie del agua que impiden ver claramente la imagen reflejada en él. El reflejo es lo único posible de ver con ojos humanos. La realidad está arriba, en el cielo.

De tus ojos, tu mirada; de tu boca, tu voz; de tus manos, los gestos; son lo único que deseo que me distraiga de este lago.


Los textos me pertenecen a mí...

Mar Viora


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Las Imágenes y Haikus pertenecen al libro "La Luna en los pinos" Jonathan Clements.

Haikus Zen. Ilustraciones del Instituto de arte de Chicago.

1.Detalle"Nieve en bosque Ibuki" Hashiguchi Goyo. Período Taisho 1920

2.Detalle"Poemas y una rana en el árbol" Katsushika Hokusai. Pdo.Edo 1825

3.Detalle"Gotenyama no hana" Utagawa Hiroshige. Pdo.Edo 1852

4.Detalle"Buho en un pino" Utagawa Hiroshige. Pdo.Edo 1838

5.Detalle "Noche a la luz de la luna en Shinagawa" Konayashi Kiyochika. Pdo. Edo 1879

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