Punto de quiebre

 

Romper no es fácil. Es más fácil explotar y hacer que todo se quiebre. Quebrar es fácil.

El tiempo es enemigo de planificar un quiebre. Planificar para que los daños sean los menores posibles.

El paso de los días miente esperanzas que se perdieron hace tiempo, pero igual producen esa inercia dulce y ácida.

Tenemos que hablar. Debemos hablar.

Tiempo.

El tiempo no para.

Pierdo el tiempo adrede. Pierdo el tiempo si no rompo con esto. Pierdo el tiempo de los otros. Hago a los demás perder su tiempo en algo que ya no existe…peor aún, pierdo de vista otras cosas, por dilatar la situación. Lo sé.

Pero, ¿Y si…?

Pero ¿Y qué? ¿Y si las cosas se componen solas? ¿Y si ocurre un milagro? ¿Y si descubro que en realidad si soy feliz así?

Justificaciones. Evitaciones del dolor.

No quiero ver llorar a otros, quiero llorar a solas, dejar que duela después ¿No puede ser así?

Lo más cruel es tan real, pero no quiero estar del otro lado. No debo hacer lo que no me gusta que me hagan. Si tiro mis principios por la borda ¿En qué me convierto?

Es pura cobardía. El tronco del árbol está frente a mi nariz. El bosque sigue ahí.

Piensa en el después, me digo ¿Cómo se sentirá el después?

Necesito encontrar las razones para explicarlas, cuando la verdad lisa y llana es ya no puedo, ni quiero cumplir con lo que prometí, ya no puedo cumplir con las expectativas ajenas (?)

Antes del después, en el rabillo del ojo, está esa pregunta ¿Qué pasará contigo, con ellos, con los otros?

Realmente ¿Debo preguntarme esto? ¿O es otra forma de justificar la inacción?

No es que esté mal, no es que no sienta afecto, no es que no me importe… es que ya no me complace, ni me llena, ni me gusta… y sí… me hace infeliz muchas veces, demasiadas veces creo ahora.

Voy a minar el campo. No voy a quemar las naves.

Solo quiero que entre el primer paso y el último, el tiempo no sea agónico.

 

Realmente voy a llorar si descubro que, por quedarme en este puerto, perdí ese barco que andaba buscando hace varias vidas…