Las formas de la duda
Te deja la duda. Te deja las
pistas de la duda. Te deja las pistas y las huellas de la duda. Te deja dudando…
y desconfiando. No te despeja las dudas a la hora esperada, ni siquiera ya
tarde sino que fuerza a tomarte la molestia de andar averiguando a veces
demasiado para el gusto propio y resulta que o bien la estupidez del asunto
hace que frente al espejo uno se vea exagerando o dramatizando; o bien que ante
la importancia de los detalles sientas que terminaste sabiendo demasiado y que
te hubiera gustado saberlo antes que después porque ahora ya es difícil no
sentirse una carmelita descalza engañada y solitaria, en fin: el círculo se
crea, la rueda gira y el espiral descendente te encuentra amargándote por tonterías
inusitadas hasta el momento.
Mostrar y compartir no es lo
mismo. Salir a mostrar es un acto y decir que no se hace no lo invalida. En
definitiva la gente es lo que hace y no lo que dice y a veces sería mejor estar
sordo por un tiempo y no ciego. Compartir es mostrar y mucho más que eso, es
dar parte de lo que se tiene (cuando no todo, por lo menos lo que se puede) y
dejar que el otro haga con eso lo que se le de la regalada gana, incluyendo lo
que eso puede acarrear, debe ser por eso que el mundo muestra más de lo que
comparte, ergo: los individuos hacen lo mismo. Quizás el temor venga por creer
que compartir es partir, como ocurre con los objetos: uno parte la manzana al
medio, se le da al otro y el otro puede comerla, jugar con ella, dársela a
alguien más o devolvértela, nunca se sabe… pero se especula y cuando
especulamos demasiado lo que pasará con la mitad de la fruta y buscamos a
quienes reaccionen como nos parece mejor y eso no pasa nos enojamos,
decepcionamos, etc. Pero compartirse no es partirse: si a un amigo le presento
otro, muchas cosas pueden pasar, entre ellas que me dejen de lado o que se
enriquezcan las tres relaciones. Nunca se sabe con certeza y si no se prueba
nunca se sabrá. Si comparto una salida al cine, no es que voy a ver la mitad de
la película ¿no? Le veo entera y con comentarios posteriores… quizás o tal vez
solo coma pochochos pagados por dos y también está bien.
La duda es la base para que
crezcan otros sentimientos, contando con la imaginación ajena: la mentira, los
celos, la histeria…
La duda plantea dudas a quien las
cosecha y a quien las planta. Hay gente que no soporta vivir con la duda y hay
gente que prefiera quedarse con ella. Pero hay quienes prefieren plantear dudas
por si las dudas, que eligen dejarte dudando cada tanto o para siempre, para
ver si de esa forma se sienten mejor consigo mismos. Siento decirles que no va
a suceder, solo van a rodearse de gente dudosa y dudando de todo lo que hagas.
Salir a despejar dudas demasiado
tarde es como haberse enterado que ese vestido era tuyo… diez años después,
cuando ya no te entra y pasó de moda: te levanta las comisuras un poco pero
solo te causa una melancólica sensación de tiempo perdido. De todas formas es
mejor tarde que nunca y nunca es tarde para despejar dudas, las propias y las
ajenas.
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