Infrarrojo


“Esto también pasará”


Un amor que se mece entre brazos vacíos, una espera inusitada y un enamoramiento que no parece tener antecedentes. Te quiero. Hay que acurrucarse o salir a decir que nada importa. No hay desayunos, lecturas en la cama, rueda de amigos, festejos con parientes y siempre habrá amigos y sábanas nuevas. Te sigo queriendo. No ocurren las despedidas y los lazos entrañables son lo mejor y son un dolor de estómago. Vamos a tomar café, vamos a charlar hasta que los temas se agoten, vamos a seguir hasta que se acabe, no vamos a ningún lado y te sigo queriendo. Ya tengo ganas de extrañarte como si fueras esa foto que saqué hace una década pero tengo la tinta aún fresca en las manos. Un amor se hamaca. Algo nuevo, algo viejo, algo prestado… Un paisaje espera con romanticismo, varios programas imposibles ahora parecen serlo aún más, su voz en un susurro sigue repitiendo las mismas palabras, la vida sigue siendo eso que pasa mientras los planes se elucubran en las mentes, la tristeza sigue detrás. Todo dijo siempre que no, pero el enamoramiento siempre dice sí y si el otro se arrepiente es que nunca supo amar lo suficiente como para liberarse en el intento. Aún te quiero y se me va a pasar el enamoramiento un día. Perfumes, amigos, trabajo, cenas, actividades, charlas, descargos, reuniones, estudio. ¿Y si se me pasa y te quiero igual, qué? Si no fuiste feliz un poco entonces liberame o pedime que te deje ir. No todo siempre está a simple vista. Si todo es mejor que yo y te quiero igual y nos dejamos y nos vemos de lejos y nos saludamos y nos enternecemos y sonreímos y nos despedimos y alguien nos pregunta ¿Quién era? Y uno puede sonreír por dentro y estar en paz y saber querer y contestar: Nadie. Quizás entonces todo haya pasado.

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